17/09/12 (Arg.) A partir de ahora, los inspectores del organismo regulador de las concesiones viales deberán ocuparse de una serie de tareas por demás llamativas. A los tradicionales relevamientos que vienen haciendo sobre el estado estructural de las rutas tendrán que agregarle nuevas mediciones de la “altura de los pastos” y los niveles de “limpieza” que registren las calzadas y los carteles indicatorios.Las renegociaciones de las rutas nacionales con peaje que está cerrando el Gobierno con los concesionarios viales contienen un cambio sustancial en las reglas de juego que se habían fijado a principios de 2010.
Para limitar los aumentos tarifarios que estaban previstos para los próximos años, la administración kirchnerista decidió que tanto las obras nuevas, como todas las tareas de mantenimiento de rutina que tenían a cargo las empresas serán ahora pagadas por el Gobierno .
Con el nuevo esquema, los ingresos de los peajes serán usados por los concesionarios para pagar los sueldos y, desde los cortes de pastos hasta el barrido de cunetas y la limpieza de señales, pasarán a ser remunerados por el Estado.
Al igual que las obras nuevas, las tareas elementales de conservación de las rutas van a ser “controladas y certificadas” por los inspectores viales antes de ser pagadas.
Entre otros trabajos de mantenimiento que las concesionarias de las rutas más transitadas del país pasarán a facturarle al Estado se encuentran los bacheos y sellados de fisuras; la limpieza de carteles, barandas defensivas y desagües; el barrido de calzadas, banquinas y cordones, y la poda de árboles y eliminación de malezas cercanas a las rutas.
Las adecuaciones contractuales que se firmarán en los próximos días arrastran varios meses de negociaciones entre el Ministerio de Planificación que maneja Julio De Vido y los representantes de las empresas.
Desde abril de 2010, las principales rutas con peajes están en manos de las grandes constructoras –como Roggio, Iecsa y Cartellone– y de compañías que, hasta fines de 2011, tuvieron buena llegada a la Casa Rosada, como Esuco, América (Eurnekian), Electroingenieía, Isolux, CPC (de Cristóbal López) y Petersen, del grupo Eskenazi.
A la renegociación de las concesiones se llegó por el doble incumplimiento que acumuló el Estado en los pagos de las obras nuevas que estaban a su cargo y en la falta de aplicación de los ajustes anuales de peajes que figuraban en los contratos.
De acuerdo con los números de las concesionarias, las deudas en juego por obras y subsidios que Vialidad Nacional está saldando con cuentagotas llegan a casi $ 800 millones .
Inicialmente, la intención del secretario de Obras Públicas, José Francisco López, era transferir solo algunas “tareas de mantenimiento” al régimen de pago estatal junto con una nueva agenda de ajustes tarifarios y una extensión de dos años a los contratos, que vencen en 2016.
Pero, tras las primeras reuniones con las concesionarias cambió de idea y decidió pasar a pagar todos los trabajos de mantenimiento y no modificar el plazo de concesión.
Más allá del “relato” oficial que intenta mostrar una situación ordenada, estos cambios y el hecho de que aún no se terminó la mayor parte de las obras que se habían pautado para 2011 ponen de relieve que el modelo kirchnerista de concesiones viales ha sido un fracaso y que sólo se mantiene por los parches que inventan los funcionarios y los recursos crecientes que debe desembolsar el Estado.
Fuente: http://movil.clarin.com/politica/Peajes-hara-cargo-cortes-pasto_0_775122573.html
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