Los piratas del asfalto prefieren los cargamentos de vino y carne

06/11/12 Un policía de la División Investigaciones contó ayer por la mañana que, durante el presente año, se han perpetrado al menos 20 golpes de piratas del asfalto a camioneros que transportan valiosas cargas por los principales accesos de Mendoza. "La mayoría de esos robos queda impune", agregó. Pero confió que "también existe connivencia entre propietarios de las mercaderías y empleados de compañías aseguradoras para generar más ingresos económicos. Para ser simple, hacen desaparecer las cargas (los asaltos no existen pero igual radican las denuncias) para después cobrar dinero del seguro, es decir, se quedan con la carga, que la venden en negro después, y también con el efectivo. Comprobarlo es más complicado que seguir la investigación de un asalto de este tipo", aseguró el pesquisa.

Ayer hubo otra denuncia contra una banda de piratas del asfalto que actuó en las rutas locales. Un camionero de 52 años relató en la Oficina Fiscal Nº11 de Luján que lo abordaron en el Acceso Este y que le sustrajeron una carga de 25 mil kilos (unas 20 mil botellas de vinos de alta gama) mientras permaneció privado de su libertad al menos tres horas. El vehículo en el que se movilizaba, un moderno Volvo blanco con semirremolque rojo, apareció horas más tarde en Maipú, tras la presentación judicial, pero sin la valiosa carga.

A raíz de este nuevo hecho de los asaltantes que aprovechan la soledad de las rutas para dar los golpes, la pregunta cayó por su propio peso: ¿Cuál es la mercadería que más buscan los piratas del asfalto? La respuesta del investigador no tardó en llegar y fue contundente: "Hay que remitirse a las estadísticas: los pallets con botellas de vinos de alta gama de importantes bodegas y la carne de vaca, mercadería difícil de identificar y de fácil poder de reventa en el mercado negro", sostuvo.

Los piratas del asfalto trabajan, en la mayoría de los casos, de la misma forma. Se movilizan en dos vehículos pequeños y aprovechan zonas oscuras para frenar el paso a pesados rodados. Sacan armas de fuego, amenazan al trabajador del volante, lo introducen en un vehículo y lo secuestran un par de horas, mientras otra parte de la banda escapa con el camión y después descarga la mercadería, generalmente, en un galpón de zona rural para despistar a los policías y para que no haya testigos.

Elegir vinos y carne tiene su porqué: algunos comercios o mercaditos barriales con escaso control de mercadería adquieren parte de esas cargas a bajo costo y la revenden al mismo precio que si la hubiese comprado al vendedor oficial de una bodega o un trozadero de nivel. "Lo importante es tener el contacto y confiar que la mercadería no esté vencida", agregó el investigador consultado por este diario.

Los detectives policiales sostuvieron que otro de los ejemplos se dio cuando se recuperó un importante botín de carne vacuna en un frigorífico guaymallino, a fines de setiembre de este año. Antes de la incursión policial y el secuestro de la mercadería en las bodegas del frigorífico, ubicado sobre el carril Godoy Cruz, los pesquisas obtuvieron el dato de que la carne robada era ofrecida en mercados barriales de Godoy Cruz y Guaymallén, y la Justicia ordenó el allanamiento. Ese antecedente llevó a los policías hasta las grandes heladeras de Los Corralitos, donde estaban escondidos 23 pallets con carne vacuna.

Casi todos los golpes perpetrados este año fueron a camioneros que transportaban vinos de alta gama y reses de exportación (la mayoría de los cargamentos tenían como destino Chile, Capital Federal y Buenos Aires). Pero también se les frenó el paso en las calzadas nacionales e internacionales a pesados rodados que llevaban otros comestibles o elementos, como los atracos ocurridos el 23 de julio en Guaymallén, donde un camionero fue secuestrado y perdió una carga repleta de champú; y el sábado 27 de octubre, cuando después de cruzar el paso de Desaguadero de este a oeste, un camionero fue abordado por piratas del asfalto y le robaron 28 pallets de chocolate marca Fel-Fort que tenían como destino algunos supermercados del Gran Mendoza. La víctima, de 35 años, estuvo secuestrada varias horas y apareció sana y salva en Las Heras, horas después de ser paseada en un auto al que no pudo identificar.

El último de los casos denunciado se conoció ayer por la madrugada. Un camionero de 52 años, identificado como Carlos Raúl Giménez, sostuvo que fue abordado el sábado a las 21.30 en el Acceso Este por un grupo de malvivientes que se movilizaba en un Chevrolet Corsa gris. La víctima narró que lo subieron a ese vehículo y que lo abandonaron a las 0.30 de ayer en Acceso Sur y Azcuénaga de Luján. Giménez, quien trabaja para la empresa Tranco SA, transportaba unas 20 mil botellas distribuidas en 11 variedades de vinos Luigi Bosca, de la bodega Leoncio Arizu, informaron fuentes policiales. Después de la denuncia del conductor, se inició un rastrillaje y policías hallaron el camión –un Volvo– en el barrio Beltrán Norte, en Fray Luis Beltrán, pero sin la carga. 

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